Síndrome de burnout: ¿Sientes un agotamiento cada vez mayor por el trabajo?

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“De casa al trabajo y del trabajo a casa”  – me cuenta Ángeles, doctora de familia, mientras va camino del colegio a recoger a sus hijos.

“Desde la pandemia siento que en mi día a día laboral no llego a atender todo lo que me gustaría, vamos a lo básico, a lo que urge. No me da tiempo apenas a escuchar a mis pacientes, estamos afrontando todo lo paralizado en dos años. He dejado de disfrutar de mi trabajo. Después de ir al parque un rato con los niños, llegar a casa, poner lavadoras, tenderlas, asegurarnos de que hacen los deberes y preparar la cena… Te puedo asegurar que, cuando llegamos a la cama, estamos derrotados. Al día siguiente, vuelta a comenzar.”

¿Te sientes igual que Ángeles? ¿Notas que tu nivel de agotamiento es cada vez mayor?

Al igual que Ángeles, esa es la descripción que hacen muchas familias de su rutina diaria semanal.

La falta misma de un periodo de recuperación puede frenar drásticamente nuestra capacidad colectiva para ser resilientes y exitosos.

La investigación ha encontrado que existe una correlación directa entre la falta de recuperación y el aumento de la incidencia de problemas de salud y seguridad.

Cuando una persona se encuentra agotada, corre un mayor riesgo de cometer errores con consecuentes. De hecho, no cuenta en esos momentos con los recursos cognitivos para hacerlo bien. Tiene un menor autocontrol con sus compañeros (así como los usuarios finales a los que brinda servicio), e incluso en casa, se siente irritable.

El exceso de trabajo y el agotamiento son lo opuesto a la resiliencia.

Y los malos hábitos encaminados a no recargar energía y desconectar pueden generar un círculo vicioso difícil de romper.

Qué es el Síndrome de Burnout

Este síndrome de «estar quemado por el trabajo», se produce como respuesta al estrés laboral a largo plazo y de forma acumulativa.

Tiene mayor prevalencia en profesiones que se ponen al servicio de las personas o profesiones que requieren de implicación elevada, que se realizan durante un periodo de tiempo prolongado y en situaciones laborales que son demandantes emocionalmente.

Se caracteriza por la sensación de falta de energía, el comportamiento frío y deshumanizado hacia los demás o la tarea (pesimista, distante e indiferente), y a la insatisfacción y sensación de falta de logros en el trabajo (sentimientos de inadecuación y fracaso). En resumen sensaciones de sobreesfuerzo, insensibilidad e incompetencia.

Cabe recordar que sólo porque el trabajo se detenga, no significa que nos estemos recuperando. «Paramos» el trabajo a veces a las 5 de la tarde, pero luego pasamos el resto del día rumiando la lista de cuestiones pendientes por hacer, hablando de nuestro trabajo durante la cena y dormimos pensando en cuánto trabajo tendremos mañana. Los síntomas del agotamiento van apareciendo de forma gradual y se manifiestan en nosotros de diversas maneras.

Cambios que surgen cuando presentamos un nivel alto de agotamiento

Se observan alteraciones tanto a nivel conductual (cómo nos comportamos), emocional (cómo nos sentimos), psicofisiológico (cambios en nuestro organismo) y cognitivas (cómo pensamos o cómo reaccionamos).

Entre este tipo de cambios, podemos citar algunos ejemplos:

  • Insatisfacción laboral.
  • Disminución del rendimiento.
  • Aumento de retrasos de tiempo (reuniones, entregas…)
  • Absentismo.
  • Aislamiento.
  • Comportamientos evasivos (consumo de alcohol, drogas, medicación…)
  • Sensación de falta de reconocimiento y de esfuerzo.
  • Irritabilidad con repercusión en compañeros, familia, amigos…
  • Problemas somáticos agravados por estrés (alteraciones digestivas, cefaleas o dolores de cabeza, atralgias o dolores articulares…)
  • Astenia o cansancio elevado.
  • Disminución de la capacidad de atender, concentrarse o memorizar.

Por tanto, la fatiga tiene una función adaptativa para nosotros, de manera que funciona como un mecanismo de alerta o salvaguarda ante situaciones adversas.

Dicho de otra manera, es como si fuera la señal de “STOP” que obliga a nuestro cuerpo a pararse y descansar. Es eliminada después de haber descansado, a raíz de ella podemos sentir malestar o impotencia pero no nos genera un sentimiento de incapacidad.

¿Cómo identifico si estoy comenzando a «estar quemado por el trabajo»?

Para que puedas hacerte a la idea, a continuación, te explicamos las distintas etapas de desarrollo del Síndrome de Burnout:

Etapa 1. Idealismo y entusiasmo. Expectativas irreales de lo que se puede conseguir.

Etapa 2. Estancamiento o paralización tras constatar la irrealidad de las expectativas o de lo que esperábamos. Se pierde el idealismo y el entusiasmo inicial.

Etapa 3. Frustración alta.

Etapa 4. Burnout. Cuando la frustración en el trabajo se alarga en el tiempo, desemboca finalmente en síndrome de Burnout. Se siente indiferencia y falta de interés. Además, se presentan sentimientos de vacío junto con distanciamiento emocional e insatisfacción laboral.

En este caso, cabe mencionar que la clave de la resiliencia es esforzarse mucho, luego detenerse, recuperarse y volver a intentarlo.

Necesitamos recuperar la homeostasis, en ella, reside la capacidad de nuestro cerebro para restaurarse y mantener el bienestar de nuestro cuerpo y mente para poder seguir avanzando.

Mantén el foco en el autocuidado, es necesario cuidarse y hacer una parada en el camino para proseguir.

¿Cómo afronto el Síndrome de Burnout?

Los autores Jim Loehr y Tony Schwartz, han descrito que si permaneces demasiado tiempo en la zona de rendimiento, necesitas más tiempo en la zona de recuperación, de lo contrario, corres el riesgo de agotamiento.

A continuación, te planteamos una serie de estrategias que podrán ayudarte a rebajar tu nivel de agotamiento actual:

  • Identifica y controla cuánto tiempo pasas conectado (rescue time).
  • Crea zonas libres de tecnología a través del modo avión u offtime.
  • Toma un descanso cognitivo cada 90 minutos para recargar tu impulso.
  • Plantea objetivos realistas y realizables: “Para quien no sabe dónde va ningún viento es favorable”.
  • Autorrefuérzate diariamente por tus esfuerzos y logros.
  • Trata de no almorzar o desayunar en el escritorio de trabajo. Cambia tus espacios, identifica tus límites profesionales y no desesperes.
  • Habla con amigos y compañeros de temas no vinculados al trabajo.
  • Ten cuidado con la autoexigencia excesiva.
  • Relativiza y prioriza.
  • Cambia la culpa por la responsabilidad.
  • Promueve un diálogo interno positivo: trátate bien.
  • Cuídate y dedica al menos 15 minutos del día a cosas que te gustan o te relajan y libera tensiones.
  • Pide ayuda cuando la necesites y sé coherente contigo mismo.

Esperamos que este artículo te haya ayudado a hacerte consciente y que hayas dado un paso más por la mejora de tu bienestar emocional. Date prioridad, tú eres lo importante.

Artículo escrito por Clara Sevilla, psicóloga del HUB 24/7 de Affor Health.

 

Referencias:

Conferencia TED. The happy secret to better work. Shawn Achor.

Broadcasting Happinesss: The Science of Igniting and Sustaining Positive Change. Michelle Gielan. https://www.amazon.com/Broadcasting-Happiness-Igniting-Sustaining-Positive/dp/1941631304

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