¿Cómo afrontar la fatiga pandémica desde la organizaciones?

¿Qué entendemos por fatiga pandémica?

Desde que empezó la crisis sanitaria, los psicólogos hemos visto cómo han ido apareciendo en la población diferentes estadios o fases emocionales, y que, en buena parte, han ido dependiendo, ya no solo de la evolución de los datos, a los que a diario nos hemos enfrentado, sino a toda la cantidad de información a la que llevamos expuestos desde el mes de marzo del pasado año.

Quizás nunca antes habíamos sabido de datos epidemiológicos, de investigaciones, farmacéuticas, vacunas, medicamentos, ucis, nomenclaturas médicas y demás torrente informativo que en muchas ocasiones han incrementado el nivel de incertidumbre, lejos de despejarlo o aliviarlo.

También hemos visto cómo se han ido poniendo nombres y apellidos a nuevas características psicológicas que han aparecido a lo largo de esta crisis sanitaria, como es el caso del síndrome de la cabaña o fatiga pandémica, de la que informa la propia Organización Mundial de la Salud (OMS), como aquella «angustia que puede provocar la desmotivación para seguir las conductas protectoras recomendadas, que emergen gradualmente con el tiempo y se ven afectadas por una serie de de emociones, experiencias y percepciones»

Si algo nos queda claro es que el impacto psicológico que nos está dejando el COVID-19 es muy alto y su huella emocional se ha quedado en casi toda la población. Actualmente es raro encontrar al alguien que no le esté afectando esta situación.

No solo el miedo o la incertidumbre que provoca la propia enfermedad y su contagio, sino el cambio en nuestras acciones diarias más básicas:

  • Tengo que llevar mascarilla
  • Tengo que evitar aglomeraciones
  • Tengo que hacerme consciente del cuidado e higiene como medida preventiva
  • No me puedo reunir con mis familiares

Todo esto ha generado que se ponga el foco sobre nosotros mismos acerca de la responsabilidad individual que pueden tener nuestras conductas. Si a ello le sumamos los 10 meses que llevamos en esta situación y las restricciones que siguen estando presentes, nos invade un sentimiento de hastío, cansancio y a veces desesperanza.

Normalmente a estas sensaciones las denominamos fatiga psicológica, incluso está acuñada como uno de los principales riesgos psicosociales a prevenir e intervenir desde las organizaciones, en las cuales la solución suele “ser sencilla”: descansar.

El problema viene cuando esa supuesta y sencilla solución ahora mismo no la podemos adoptar, ya que las medidas y restricciones siguen y van a seguir implementadas durante más tiempo. Esto es algo que está preocupando a muchos países que ven cómo el nivel de concienciación sobre las medidas baja y está directamente relacionado con el cansancio psicológico que tenemos.

¿Cómo podemos hacer frente de forma individual a la fatiga pandémica?

  • Validar la emoción de esas personas que están teniendo desmotivación desde la empatía, que es la única manera de poder reestructurar ese pensamiento.
  • Identificar las dificultades que tenemos para poder aliviarlas y enfrentarlas.
  • Mantener el contacto social con los allegados y amigos para poder compartir entre todos estas sensaciones y emociones, y poder volver a motivarnos.
  • Idear planes para cuando el riesgo pase y tenerlos como un proyecto a medio plazo a cumplir.
  • No olvidarnos de cuidarnos a nivel físico y emocional es la clave para poder reducir todo lo relacionado con la ansiedad y estrés o fatiga mental.

¿Cómo abordar la fatiga pandémica desde la organizaciones?

Las organizaciones también pueden ser un buen catalizador para reducir esta fatiga. Por ello, también forman parte de la solución. Pasamos gran parte de nuestro día en el trabajo y es importante que la empresa pueda proporcionar un entorno saludable.

Que el trabajador o trabajadora perciba su entorno laboral como un medio seguro, donde se den alternativas de teletrabajo, siempre que sea posible, y que evaluemos y valoremos con especial detenimiento aquellos trabajadores que puedan formar parte de los grupos de riesgo, son solo algunos ejemplos que nos pueden dar una línea clara de cómo actuar desde las organizaciones.

No obstante, es fundamental no olvidarse que detrás del concepto de fatiga hay una clara variable psicológica, por lo que se hace necesario poner en marcha recursos de intervención y prevención en materia psicosocial como elemento diferenciador de empresa salubre. Promover programas de ayuda al empleado/a, cursos de gestión de estrés y ansiedad, proporcionar horas de descanso y desconexión digital, respetar los descansos de nuestros equipos de trabajo… .pueden ser algunas pautas con las que empezar a trabajar para reducir esta sensación de fatiga y cansancio emocional.

 

* Este post ha sido escrito por Carmen Rodríguez, directora del área de Psicología de Affor Prevención Psicosocial

 

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Un comentario de “¿Cómo afrontar la fatiga pandémica desde la organizaciones?

  1. María Luisa Bossano Cruz dice:

    Hay personas que la están pasando muy mal con las exigencias del teletrabajo y la indiferencia de sus jefes. Hay quienes se han contagiado y han debido seguir trabajando sin que su entorno laboral se preocupe por ellas. La fiebre, el dolor, el cansancio han sido los compañeros de agotadoras jornadas por presentar resultados. Se ha deshumanizado el trabajo, se ha olvidado la dignidad a cambio de conservar los trabajos. Y, si se olvida que el personal es el motor, con quienes existe una responsabilidad de velar por su salud principalmente mental.

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