Conciliación, doble presencia y corresponsabilidad
El trabajo, junto con la familia y el tiempo libre son los tres pilares fundamentales de nuestra vida, considerados como un sistema de actividades que están en interacción.
En el informe del Barómetro de Clima Laboral Accor del año 2008, uno de cada tres trabajadores (34%) en España no es capaz de conciliar su vida personal y laboral.
Para ponernos un poco en contexto y entender realmente de qué estamos hablando en este post, vamos a empezar definiendo qué son los factores psicosociales en general, y más concretamente de los que suponen un riesgo para los trabajadores, la organización y sus dinámicas.
La conciliación y los riesgos psicosociales
Los factores psicosociales son todos aquellos aspectos que se encuentran presentes en situaciones laborales y que tienen que ver con la organización del trabajo, el tipo de puesto, la realización de la tarea, e incluso con el entorno; que influyen en el desempeño de las funciones y la salud de las personas trabajadoras.
Esta influencia puede tener un impacto positivo, e impulsar el desarrollo personal y profesional de los individuos, o negativo y perjudicar la actividad laboral y la calidad de vida laboral de las personas.
Cuando estos factores van en detrimento de las personas, hablamos de riesgo psicosocial, que es fuente de estrés laboral y que tiene el potencial de causar daño psicológico, físico, o social a los individuos. El riesgo percibido puede no ser sólo físico, sino también psicológico.
En este post nos centraremos en la doble presencia como uno de los factores de riesgo que en los últimos años ha dado mucho de qué hablar. Este término hace referencia al desdoble que las personas trabajadoras tienen que hacer en su día a día: cumplir con las funciones de su puesto de trabajo y encargarse de la familia y el mantenimiento del hogar.
La presión que supone hacer frente a ambas demandas tiene consecuencias perjudiciales para la salud, pero también en el desempeño laboral de los individuos, generando conflictos en la organización de las tareas y los tiempos, aumentando el sentimiento de sobrecarga y las exigencias psicológicas.
Consecuencias de la falta de conciliación
La ausencia de conciliación causa el llamado “conflicto de rol”, presente cuando se dan diversas demandas incompatibles entre sí, como consecuencia de las exigencias de cada una de ellas, derivado de la ingente cantidad de tareas que han de abordar para poder sentir que se llega a todo.
Además, dicho conflicto y ambigüedad en el desempeño del rol están relacionados con síntomas de malestar psicológico, tales como ansiedad, depresión o burnout, lo que puede llevarle a hacer un uso incorrecto de los medicamentos o a presentar más conductas de búsqueda de ayuda.
La falta de flexibilidad laboral, caracterizada en muchas ocasiones por las extensas jornadas de trabajo, incide en este malestar. Otro factor que, en ocasiones, permanece oculto y que es importante tener en cuenta cuando se habla de horas dedicadas al trabajo es el tiempo que se emplea en los trayectos y las pausas que se hacen, unido al tiempo comprometido, no remunerado pero obligatorio, como es el cuidado de los hijos o personas mayores, tareas domésticas o actividades básicas de la vida diaria. Esto además provoca una sobrecarga emocional como consecuencia de las funciones de apoyo, supervisión, escucha y planear acciones que mejoren el bienestar de los demás.
Con todo lo dicho, es innegable que la falta de conciliación entre la vida laboral y la familiar tiene consecuencias en la salud, tanto física como mental de las personas.
Medidas para trabajar la falta de conciliación
Como en casi todos los entornos, y en el laboral no iba a ser menos, sentir el apoyo organizacional supone un amortiguador que defiende a los trabajadores de la aparición o empeoramiento de los trastornos de ansiedad y conflictos dentro de la organización.
A continuación, se proponen una serie de medidas que pueden ser de gran utilidad para la promoción de la conciliación:
- Generar la participación de los distintos departamentos de la organización en la negociación de medidas para incidir en la conciliación de la vida familiar, personal y laboral, así como también en la negociación del tiempo de trabajo y su distribución.
- Promover el establecimiento de medidas que permitan una mayor flexibilidad.
- Favorecer un mejor clima laboral, fomentando el apoyo entre compañeros, construyendo espacios de consulta donde se puedan recoger propuestas y sugerencias de mejora.
- Apoyar el cuidado de la salud reservando lugares específicos para ello, cafeterías saludables, zonas de descanso o incluso ofrecer el servicio de profesionales de la salud (psicólogos, fisioterapeutas…), Programas de Ayuda al Empleado, que puedan estar a disposición de las necesidades de los trabajadores.
Esto es un asunto que nos concierne a todos y que supone una gran mejora para la sociedad.
Te animamos a que ahora seas tú el que piense qué puede hacer para mejorar esta situación. ¿Qué opinas? Te leemos en comentarios.
Artículo escrito por Lucía Menéndez, psicóloga del HUB 24/7 de Affor Health.
Convencidos de que las personas son la pieza fundamental de toda organización, nuestro objetivo es cuidar la salud psicosocial de los trabajadores y lograr entornos laborales saludables acompañando a los servicios de prevención en esos procedimientos para mejorar la calidad de vida laboral de los trabajadores y aumentar la eficiencia de las empresas.