ConectaSOS: la hiperconectividad y el coste para la salud mental de los trabajadores

La conectividad permanente y el coste para la salud laboral y psicosocial de las personas trabajadoras

Que la tecnología inunda nuestras vidas, tanto la personal como la laboral, es un hecho. Algunos somos adoptados digitales y otros nativos digitales, pero con independencia de esta “pequeña” diferencia la realidad es que la tecnología y las comunicaciones nos permiten estar conectados de forma permanente con nuestros equipos, con nuestra organización, nos permite tener información en tiempo real de los procesos de nuestra organización, incidencias de producción, operativas…planificación… y tomar decisiones en base a esa información.

Estamos en un mundo global, conectado 24/7 donde los escenarios productivos y los modelos organizativos se han visto tremendamente afectados por esa conectividad y disponibilidad de la información.

“Never offline”, así rezaba la portada (pincha aquí para verla) de septiembre de 2014 de una de las más famosas revistas de actualidad, la revista TIME con ocasión de la llegada del reloj “inteligente” de una gran compañía tecnológica.

Algunos años después y una pandemia mundial que aceleró más si cabe el proceso de digitalización no solo en las organizaciones sino también en la sociedad en general, nos encontramos con la necesidad acuciante de integrar en la gestión preventiva los riesgos que entraña para la salud psicosocial el uso intensivo de las tecnologías de la información y comunicación y su impacto negativo en la productividad empresarial.

¿Por qué la desconexión digital?

Como refería, el aumento exponencial del uso de las TIC en el ámbito laboral, los procesos de digitalización del trabajo y transformación digital que junto a los nuevos escenarios de trabajo y modelos organizativos han hecho que exista una muy delgada línea de separación entre el ámbito profesional y el ámbito personal.

Por otro lado, se hace necesario garantizar el respeto del tiempo de descanso, permisos y vacaciones, y de la intimidad personal y familiar de los trabajadores.

El derecho a la desconexión digital

El derecho a la desconexión digital se reguló en la Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales en cuyo artículo 88 establece que los trabajadores y los empleados públicos tendrán derecho a la desconexión digital a fin de garantizar, fuera del tiempo de trabajo legal o convencionalmente establecido, el respeto de su tiempo de descanso, permisos y vacaciones, así como de su intimidad personal y familiar.

Este derecho debe atender a la naturaleza y objeto de la relación laboral, y su ejercicio potenciará el derecho a la conciliación de la actividad laboral y la vida personal y familiar y se sujetarán a lo establecido en la negociación colectiva o, en su defecto, a lo acordado entre la empresa y los representantes de los trabajadores.

En este sentido, el mismo artículo recoge la obligación empresarial de elaborar una política interna dirigida a trabajadores (incluidos los que ocupen puestos directivos) en la que se definan las modalidades de ejercicio del derecho a la desconexión y las acciones de formación y de sensibilización del personal sobre un uso razonable de las herramientas tecnológicas que evite el riesgo de fatiga informática. Ello teniendo en cuenta especialmente cuando en los supuestos de realización total o parcial del trabajo a distancia así como en el domicilio del empleado vinculado al uso con fines laborales de herramientas tecnológicas.

Con posterioridad el derecho a la desconexión digital se reguló también en la Ley 10/2021, de 9 de julio, de trabajo a distancia (art. 18) donde adicionalmente a lo previsto en la Ley 3/2018 especifica que el deber empresarial de garantizar la desconexión conlleva una limitación del uso de los medios tecnológicos de comunicación empresarial y de trabajo durante los periodos de descanso, así como el respeto a la duración máxima de la jornada y a cualesquiera límites y precauciones en materia de jornada que dispongan la normativa legal o convencional aplicables.

Del mismo modo y en atención a la gestión preventiva, materia que especialmente nos interesa en este post, el artículo 16 sobre Evaluación de riesgos y planificación de la actividad preventiva determina que “La evaluación de riesgos y la planificación de la actividad preventiva del trabajo a distancia deberán tener en cuenta los riesgos característicos de esta modalidad de trabajo, poniendo especial atención en los factores psicosociales, ergonómicos y organizativos y de accesibilidad del entorno laboral efectivo. En particular, deberá tenerse en cuenta la distribución de la jornada, los tiempos de disponibilidad y la garantía de los descansos y desconexiones durante la jornada”.

La desconexión digital y los Factores de Riesgo Psicosocial

Los factores psicosociales son aquellas condiciones de trabajo directamente relacionadas con la organización, el contenido y la realización de la tarea y que tienen la capacidad de afectar tanto al bienestar, a la salud (física, psíquica o social) de la persona trabajadora como al desempeño del trabajo. Algunos factores son precisamente el tiempo de trabajo, la carga y el ritmo de trabajo, la participación y supervisión, interacción casa-trabajo… factores que se ven especialmente afectados en este momento con el uso intensivo de la tecnología y particularmente en la modalidad del trabajo a distancia (total o parcial)

¿Cuáles son las consecuencias de la falta de desconexión digital?

La falta de desconexión digital puede tener un impacto negativo en la salud de las personas trabajadoras. El estrés laboral es uno de los principales factores de riesgo laboral en la actualidad, el tecnoestrés (estrés asociado al uso de las tecnologías de la información y comunicación) pero podemos hablar de fatiga, ansiedad, síndrome del Burnout, tecnofobia (miedo al uso de TICs, herramientas informáticas, tecnologías…), aislamiento social y falta de apoyo social, conflicto casa-trabajo o desarrollar adicción al trabajo.

Una desconexión digital adecuada se correlaciona con una mejor salud mental de las personas trabajadoras. Permite a los empleados descansar y recargar energías dedicando tiempo de calidad para su vida personal y familiar reduciendo así los síntomas de agotamiento, ansiedad y depresión.

Desconectar para mejorar la productividad

Es cierto que la era digital ha traído mayor eficiencia y productividad a las organizaciones, y también al trabajo que desarrollan las personas. Esto parece una contradicción, pero garantizar y proteger ese derecho a la desconexión digital tiene efectos sobre la productividad de las personas y por ende de la organización. Y no sólo eso, entre otros beneficios destacados se encuentra la mejora de la calidad del trabajo que desarrollamos (¿cómo nos encontramos después de la decimoquinta reunión por videoconferencia? Yo diría que zoombados…), contribuye a reducir los factores de riesgo psicosocial asociados al uso de las TICs, mejora el Employer Branding y reduce el presentismo y el absentismo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Política de desconexión digital en las organizaciones

El establecimiento de una política de desconexión digital debe considerar múltiples factores que van desde el uso de las TICs en la organización, a las prácticas habituales, horarios, localización de trabajadores y su caracterización (diversidad cultural, digital, generacional…) a usos horarios (la globalización y dispersión geográfica en otros países), tipología de los productos o servicios o incluso la propia cultura organizativa. Es importante prestar especial atención al diseño de esta política para que tenga el efecto deseado en la organización y sus integrantes. Y en aras a no alargar demasiado este post, creo que puede ser objeto de un nuevo artículo.

Para finalizar sí creo que merece referirse a algunas buenas prácticas que en ese sentido están realizando algunas compañías y que pueden servir de orientación:

  • Establecimiento de horarios claros. Se definen horarios laborales y se promueve entre los empleados su respeto evitando trabajar fuera de ese periodo.
  • Cultura de comunicación responsable: se promueve y favorece una cultura donde se comprende que no es necesario responder correos o llamadas fuera del horario laboral. Por ejemplo: incluyen texto en el mail para informar de que no es necesario responder inmediatamente o fuera del horario laboral.
  • Días de desconexión obligatoria. Algunas compañías han introducido «días de desconexión» regulares para que los empleados se alejen completamente del trabajo y desconecten para conectar.
  • Política de servidores apagados. Sistema que desconecta los servidores de comunicación de los teléfonos móviles de los empleados en un tramo horario (p.e entre las 18.15 horas y las 7 horas de la mañana del día siguiente)
  • Formación y concienciación. Ofrecen capacitación sobre la importancia y la necesidad de la desconexión digital y los efectos del sobre la salud de una forma integral (no podemos separar salud laboral de la personal y también es necesario hacer un uso razonable de las TICs en nuestra vida personal – familiar – ocio y entretenimiento, compras y aprovisionamiento…etc.)

La desconexión digital lejos de ser una tendencia es una necesidad imperante para mantener a las personas trabajadoras en un entorno de trabajo seguro y saludable. La desconexión digital es un acto de cuidado hacia la salud mental y psicosocial de las personas y un paso esencial hacia un futuro laboral sostenible.

*Artículo escrito por Dolores Rico, Departamento de Diagnóstico Psicosocial de Affor Health

 

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