Potencia tus habilidades interpersonales: aprende a iniciar y mantener conversaciones

como-iniciar-conversaciones

Antes de empezar, a modo reflexivo, te presentamos unas preguntas relacionadas con tus habilidades sociales.

Te proponemos que contestes de la manera más sincera posible y que anotes en una hoja los aspectos que te gustaría mejorar

¿Te gustaría saber gestionar algunas situaciones sociales que actualmente te cuestan bastante?

¿Te sientes incómodo cuando tienes que hablar con algunas personas o expresar algunas cuestiones?

¿Te has dado cuenta de tus fortalezas a la hora de interactuar con otras personas? ¿Y de tus debilidades?

¿Notas que algunos aspectos te cuestan y te gustaría trabajar en el desarrollo de tus habilidades interpersonales?

¿Qué tipo de habilidades sociales te gustaría mejorar? ¿Podrías identificarlas y anotarlas?

Algunos ejemplos podrían ser las siguientes habilidades interpersonales: iniciar y mantener conversaciones, decir no y poner límites, pedir un cambio, pedir ayuda o un favor, pedir perdón, expresar nuestras propias emociones y no mostrar resistencia con las ajenas, expresar afecto y agradecimiento, hacer y recibir cumplidos, admitir ignorancia en algún tema o expresar “no lo sé”, gestionar las críticas…

¿Ya lo tienes? En tu caso… ¿Qué aspectos sociales te gustaría mejorar?

Hoy vamos a aportarte algunas estrategias para que puedas mejorar algunas de estas habilidades sociales. Resulta imprescindible tener en cuenta que, a lo largo de este texto, es posible que presentes algunas dificultades en ciertos aspectos. Es algo totalmente normal. Nadie nace socialmente habilidoso al 100%.

Lo importante es recordarte que, las habilidades sociales las podemos potenciar y mejorar, puesto que podemos aprender distintas maneras de actuar ante variedad de situaciones.

Por ello, en el presente artículo, te presentamos las claves más importantes que puedes desarrollar para mejorar tus competencias a la hora de iniciar y establecer interacciones:

Mejora tu habilidad interpersonal para iniciar y mantener conversaciones

¿Te cuesta iniciar conversaciones con otras personas?

¿Con conocidos, desconocidos o ambos?

¿Te cuesta más iniciar la conversación cuando te gustaría decir algo importante?

¿O quizá no te resulta difícil iniciar una conversación, pero sí te cuesta mantenerla porque no sabes cómo seguir interactuando con la otra persona?

En cualquiera de los casos, antes de iniciar una conversación, es importante poner atención a la comunicación no verbal de las partes implicadas.

En primer lugar, nos fijaremos si la otra persona se encuentra dispuesta a interactuar con nosotros (sonríe, nos mira, muestra una postura corporal de disposición…) o, por el contrario, se muestra distante (mira hacia otra parte, muestra gestos de indiferencia…)

También atenderemos a nuestro propio lenguaje no verbal (postura cercana sin invadir la privacidad del otro, gestos de interés y agrado, establecimiento de contacto ocular…)

En este punto, reflexionaremos sobre un aspecto importante. A pesar de que, desde nuestra posible perspectiva, la otra persona pareciera encontrarse dispuesta a interactuar con nosotros, es probable que obtengamos una negativa.

Tenemos que trabajar con la falsa expectativa de que debemos caer bien a todo el mundo. Es imposible, no podemos caer bien a todas las personas que se crucen en nuestro camino.

Y es muy probable que, en alguna de las ocasiones, las personas no quieran interactuar con nosotros. Y no pasa nada, porque se encuentran en su derecho, al igual que nosotros, en cualquier otra ocasión, también podemos negar algún inicio de interacción con alguna persona.

Teniendo esto en cuenta, y recordando que es importante fijarnos en que nuestra comunicación no verbal sea adecuada, y que la otra persona pareciese encontrarse dispuesta, procederemos con la comunicación verbal.

Estrategias para iniciar conversaciones

Para iniciar la interacción social, podemos plantearnos algunas expresiones de acercamiento con la otra persona que tengan en cuenta alguno de estos tres elementos: refiriéndonos a la situación, a la otra persona, o a uno mismo. Así, nos podríamos plantear las siguientes opciones expresivas:

  • Saludar y presentarnos a la otra persona de forma directa (“Hola, mi nombre es X”)
  • Realizar preguntas: de observación (“Hola, he visto que estabas con esto/me ha parecido curioso que”); de ofrecimiento (“Hola, ¿puedo ayudarte con eso/necesitas ayuda?”); de interacción – pidiendo si podemos unirnos o pedir que se una a una actividad (“¿Te importa si hoy me siento aquí? /Si quieres, puedes sentarte aquí”); de opinión o consejo sobre alguna cuestión (“¿Qué te parece/Qué piensas de/Qué opinas de/Qué crees si hago esto/Cómo crees que tendría que hacer para?”)
  • Compartir algún aspecto propio – opiniones, experiencias, sentimientos o pensamientos (“Si te digo la verdad, opino que/Pues una vez a mí me ocurrió que/Recuerdo aquella vez que/Esto me hace sentir/Desde mi punto de vista, considero”)

Una vez que has iniciado una conversación, y siempre y cuando quieras mantener el contacto con esa persona, se trataría de desarrollar la habilidad social del mantenimiento de conversaciones.

Estrategias para mantener conversaciones

Al igual que para iniciar la interacción, también existen varias estrategias para mantener el diálogo:

  • Decir algo y preguntar sobre la opinión del otro – Una vez que tenemos un tema en común, profundizaremos sobre ello y conoceremos el punto de vista del otro (“Este tema a mí la verdad es que me parece muy importante porque…, ¿tú qué piensas sobre ello?”)
  • Realizar autorrevelaciones – Revelar información de tipo personal: gustos, actitudes, valores, preferencias, aptitudes, logros… (“A mí me gusta más/prefiero/estuve una temporada/viví la experiencia/conseguí…”) Normalmente, a medida que se va desarrollando la relación, se va profundizando en temas cada vez más personales. En ocasiones, el hecho de basar la conversación únicamente en logros personales puede crear reactancia o disgusto en la otra persona, por lo que es importante ser cauteloso en este aspecto.
  • Argumentos desarrollados y de libre información – En este caso, en vez de responder a cada cuestión con palabras sencillas del tipo “sí”, “no”, “bueno”, “ya ves”, sería importante desarrollar y extender nuestra respuesta. (“me has comentado que… La verdad es que yo no me lo había planteado… porque… y además…”)
  • Plantear preguntas abiertas – De manera similar al punto anterior, en este caso, sería recomendable evitar las preguntas cerradas del tipo “¿Ahora estás estudiando?”, pues incitan a responder con monosílabos como “sí/no”, y plantear preguntas abiertas (“¿Y ahora a qué te dedicas en tu día a día? Cuéntame si quieres para conocerte mejor”). Para que puedas recordar, normalmente las preguntas planteadas con “dónde/cuándo/quién” son cerradas, mientras que las planteadas con “cómo/por qué” suelen ser preguntas abiertas.
  • Cambiar tema de conversación – A veces, si vemos que no hay más de donde tirar de la conversación, es pertinente cambiar de tema de conversación. Sin embargo, debemos tener cuidado con cambiar constantemente de tema, pues puede denotar falta de interés y desorganización. La ocasión ideal para introducir un tema nuevo es durante una pausa en la conversación (“Hablando de/Esta semana oí que/Me han contado que/Ya que has mencionado antes esto”).

Algunos temas de conversación pueden desarrollarse sobre aspectos como: intercambiar hechos, recuerdos, información sobre algo; hablar sobre actividades pasadas, recientes o futuras; sobre momentos importantes de la vida; reflexionar sobre metas, sueños o deseos propios; compartir pensamientos, sentimientos, impresiones u opiniones sobre un tema; o usar el humor como compartiendo momentos graciosos, contando historias divertidas, o riéndose de uno mismo.

Por último, y no por ello menos importante, cabe mencionar el papel crucial de la escucha activa para el desarrollo de las habilidades interpersonales. Escuchar atentamente lo que la otra persona te dice, indica que claramente la otra persona muestra interés y fortalece el mantenimiento de la conversación.

Por todo lo tratado hasta ahora, resulta notable cómo el hecho de aprender de qué manera podemos actuar ante ciertas situaciones sociales, nos ayuda a desarrollar nuestras habilidades interpersonales.

Esperamos que estas estrategias te sean de ayuda, presta atención a nuestro blog y no te pierdas los siguientes artículos donde seguimos aportándote pautas… ¡Estamos seguros de que te resultarán muy útiles!

 

Artículo escrito por el equipo de psicólogos del HUB 24/7 de Affor Health.

¡Haz clic para puntuar esta entrada!
(Votos: 0 Promedio: 0)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *