La dificultad para evaluar y controlar los riesgos psicosociales en el sector agrícola

La dificultad para evaluar y controlar los riesgos psicosociales en el sector agrícola

Desde el año 2003 trabajo como técnico de un Servicio de Prevención Mancomunado especializado en la agricultura, SPM de Coexphal. Y a lo largo de este tiempo he podido comprobar que se trata de un sector con unas peculiaridades muy marcadas y sobre todo con muchas dificultades a la hora de evaluar los riesgos psicosociales y establecer medidas preventivas compatibles con la actividad agrícola.

Causas que dificultan la evaluación y control de los factores psicosociales

Esto se debe a diversas causas, entre ellas a la temporalidad del trabajo, consecuencia de la estacionalidad de un producto perecedero y de exigencias comerciales en continuo cambio, adaptándose al mercado, lo que se traduce en jornadas excesivas de trabajo en determinadas épocas del año e inexistentes en otras.

Otra tónica general en el sector es el perfil de trabajadores, que en su mayoría son extranjeros que desconocen el idioma. Y los trabajadores españoles, que también los hay, suelen tener escasa formación académica. La consecuencia principal de ello es que me encuentro un problema difícil de salvar, la comunicación. Cuando se les explica por ejemplo el cuestionario que se va a usar, bien sea FPSICO o ISTAS, no lo entienden bien, generando una situación de desconfianza.

Las características inherentes al trabajo tampoco ayudan a la hora de realizar una evaluación psicosocial. Se trata de un trabajo no cualificado, en el que apenas se requieren conocimientos del trabajador para su desempeño, rutinario y monótono. Además, los empleados no deciden sobre el ritmo de trabajo ni los tiempos de descanso, lo que genera cierto estrés y cierta fatiga.

Cuando subimos en la escala de mandos, nos encontramos que los responsables y puestos intermedios de las empresas suelen ser trabajadores que llevan mucho tiempo en ellas y que comenzaron desde el escalón más bajo. Por tanto, aunque conocen perfectamente el trabajo, no han recibido ninguna formación para dirigir equipos de forma saludable y eficaz. Como consecuencia de esta falta de capacitación, la comunicación ineficaz entre trabajadores y responsables es un tónica constante.

Sin embargo, la gran mayoría de las empresas tras la realización de la evaluación de riesgos acogen de buen grado todas las medidas adoptadas.

Puedo concluir que todas estas particularidades, que a veces se tornan complicadas, requieren de un esfuerzo por parte de los técnicos de prevención, pero a su vez supone un reto y un trabajo gratificante cuando se logran los objetivos pretendidos, que no son otros que controlar estos factores de riesgo y en definitiva lograr entornos laborales saludables.

foto Angeles Alvarez de Coexphal                                                                     logo coexphal

Ángeles Álvarez, técnico del Servicio de Prevención Mancomunado de Coexphal

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