La importancia de cuidar las relaciones con los compañeros de trabajo

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¿En qué piensas cuando escuchas la palabra cuidado?

Tal vez, a tu mente viene la idea de hacerte cargo de alguien que, por alguna razón de salud o condición, requiere apoyo.

Y sí, efectivamente, ésta es una forma de entender este concepto, mas no la única.

El cuidado de personas: la importancia de cuidar nuestras relaciones sociales

Partamos de entender el cuidado como un elemento fundamental para la humanidad. Todas las personas a lo largo de nuestra vida requeriremos apoyo en diversos momentos, situaciones y respecto a diversos temas, ya que esto posibilita nuestra supervivencia, aprendizaje, desarrollo y socialización.

Cuidar es algo que todos hemos experimentado o atestiguado. Desde ese lugar podemos decir que es algo que aprendemos, es decir, que en la medida en que en nuestra crianza tenemos atención y reconocimiento a nuestras demandas y necesidades, es muy factible que esto nos facilite desarrollar acciones de cuidado hacia las otras personas.

El cuidado es un elemento necesario para el mantenimiento y supervivencia de las relaciones humanas ya que es mediante él que las personas demostramos nuestros afectos, transmitimos reconocimiento e interés, generamos apoyo, logramos metas, alimentamos las versiones que hacemos de quiénes somos. En este sentido, podríamos pensar que el cuidado se puede realizar de manera material y emocional.

Las relaciones de cuidado son de especial relevancia en la forma en la que nos planteamos determinados proyectos personales y los consolidamos o no, ya que por un lado puede brindarnos las condiciones para enfocarnos en la tarea, o acercarnos a saberes complementarios o, simplemente, darnos la confianza para emprender la tarea. También impacta en la forma en la que nos miramos a nosotros mismos, al mundo y a otras personas. ¿Alguna vez has pensado en el cuidado como algo que está presente en nuestro día a día?

Beneficios del cuidado de las relaciones laborales

El cuidado en nuestras relaciones fomenta nuestro bienestar si somos partícipes de ellas, nos brindan apoyo emocional, y nos ayudan a resolver conflictos y enfrentar ansiedades o miedos. En nuestras relaciones cercanas lo podemos observar cuando alguien comparte nuestra alegría, nos reconforta en un mal momento o nos escucha y acompaña en la tristeza en transiciones vitales, como una pérdida, una ruptura o una época de mala salud.

Con lo anterior en mente, pensemos en el espacio laboral, el cual se conforma por un conjunto de personas cuyas funciones están relacionadas. Es un espacio que alberga expectativas respecto a lo que sabemos, el cómo nos relacionamos, la forma en que nos organizamos para cumplir en tiempo y forma nuestras actividades, así como la forma en que nos conducimos para enfrentar los retos que se presenten.

Como podemos ver, el espacio laboral es un área que se encuentra en relación constante y directa con las otras áreas que hemos definido como importantes en nuestra vida. Es potente al permitirnos poner en práctica conocimientos, habilidades y cuestionamientos.

Todo lo anterior es posible a través de las relaciones que establecemos en nuestro entorno laboral y ¡ojo! no sólo aquellas con las que sentimos comodidad, sino también con aquellas en las que sentimos poca afinidad o que no fluyen como el resto.

Otro elemento a destacar es el tiempo que invertimos en relación al tema laboral y en el espacio laboral, ya que al menos es un tercio de nuestro día, o más en algunos casos. Este espacio se compagina con otros eventos que suceden a la par, como lo pueden ser los logros, fracasos personales, rupturas amorosas, duelos, pérdidas y todas esas situaciones que pueden resultar dolorosas y complejas de atravesar.

Pensando en lo anterior, ¿cuánto respaldo sientes por tu equipo de trabajo?, ¿cuánta confianza existe en poder decir “no sé hacerlo”, “no entendí”?, ¿cómo reaccionas cuando te comentan las frases anteriores?  Posiblemente la respuesta a estas preguntas condicione de manera importante tanto tu calidad de vida como la del resto de tu equipo en el ámbito laboral, igual o más que cualquier elemento técnico.

Pautas de cuidado de nuestro equipo y fomento de las relaciones laborales

Bajo este contexto, resulta fundamental pensar en cuidar las relaciones con el equipo de nuestro trabajo, pues como podemos observar el impacto de esta área no es menor. Ejemplos de cómo podría lucir el cuidado en las relaciones laborales podría ser cuando se incorpora nuevo personal y prestamos atención a las dudas, disposición para compartir información las veces que se requiera o el respeto y reconocimiento de que cada persona tiene ritmos y formas diferentes para asimilar, procesar y aprender los procesos, entre otros ejemplos.

Los efectos de crear una buena relación con los compañeros de trabajo impactan en la salud física y mental de quienes la conforman, pues mejora la productividad, aumentan la motivación, mejora el estado de ánimo, genera sensación de equipo, reduce niveles de estrés, aporta seguridad y mejora la percepción que las personas tienen de sí mismas al sentirse aceptadas y valoradas, entre algunos factores.

Es importante reconocer que un buen clima de trabajo no implica que todas las personas involucradas compartan una amistad, más bien tiene que ver con prácticas individuales que, al asumirse, generan como efecto dicho clima. En ese sentido algunas prácticas que podríamos desempeñar son:

  • Dirigirnos de manera respetuosa y educada. Es decir, cuidar el tono, las formas en que nos dirigimos a las personas. Así como el saludar, despedirse y agradecer.
  • Evitar hablar mal de otra persona. En muchas ocasiones estás prácticas se crean a partir de rumores, información incompleta o mal entendida, y el impacto que tienen en las personas es brutalmente violento, pues puede generar enojo o aislamiento.
  • Comunicar las ideas de manera clara y tranquila mediante palabras y no actos. Esto aplica para los límites que requerimos poner para sentirnos bien dentro de las relaciones.
  • Valorar y reconocer el esfuerzo y éxito de las otras personas.
  • Ofrecer ayuda y brindarla. A su vez, también es importante agradecer al recibirla.
  • Buscar oportunidades de conocer al resto del equipo desde un ángulo diferente al laboral. Esto podría permitirnos conocer puntos en común o información que nos ayude a comprender aquellos aspectos que no compartimos.

Repensar el cuidado y su importancia en nuestro entorno laboral puede iniciar por dedicar tiempo a ubicar y reconocer cómo lo hemos hecho hasta el momento y, a partir de ello, ubicar las prácticas a mejorar e implementar para modificar los aprendizajes que hemos adquirido hasta el momento.

¿Y tú? ¿Consideras relevante fomentar un buen clima laboral? ¿Cómo crees que se relaciona el apoyo del equipo con tu calidad de vida? No dudes en escribirnos en comentarios, te leemos atentamente 🙂

 

Artículo escrito por Leticia Muñoz, psicóloga del HUB 24/7 de Affor Health.

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