Herramientas para aprender a gestionar el estrés laboral

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Como mencionamos en el anterior artículo, el estrés laboral se refiere al conjunto de reacciones físicas, psicológicas y emocionales que una persona experimenta debido a situaciones de tensión en el ambiente laboral. Puede ser causado por exceso de trabajo, plazos ajustados, ambiente laboral poco saludable, falta de autonomía en la toma de decisiones, entre otros factores. Si no se gestiona adecuadamente, el estrés laboral puede afectar el rendimiento laboral y la salud física y mental de la persona. Por lo tanto, es importante tomar medidas para prevenir y tratar el estrés laboral.

El estrés laboral es un problema común en el ámbito laboral y puede afectar a cualquier persona, independientemente de su edad, género o profesión. La presión para alcanzar objetivos, los conflictos con compañeros de trabajo o los cambios en la organización pueden contribuir a aumentar el nivel de estrés en el trabajo. Además, la falta de prestaciones laborales adecuadas y la sobrecarga o falta de trabajo también pueden ser fuentes de estrés.

 

Implicaciones del estrés laboral

 

Cuando una persona sufre de estrés laboral, pueden surgir síntomas como dolores de cabeza, cansancio prolongado, aumento de la ansiedad, dificultades para dormir y cambios de humor. Con el tiempo, el estrés laboral crónico puede aumentar el riesgo de enfermedades físicas y psicológicas como enfermedades cardiovasculares, problemas de salud mental y trastornos del sueño.

Para abordar el estrés laboral, es fundamental tomar medidas preventivas y actuar rápidamente cuando se presenten los síntomas. En este sentido, la práctica regular de ejercicio físico, la meditación, respiración profunda y el yoga pueden ayudar a liberar tensiones y mejorar la respuesta del cuerpo frente al estrés. También es importante establecer un equilibrio entre el trabajo y el descanso, a través del establecimiento de horarios claros de trabajo y ocio.

 

Herramientas prácticas para la gestión del estrés laboral

 

  1. Da prioridad a tu autocuidado: convierte el cuidado personal en una prioridad realizando actividades que fomenten la relajación y el bienestar. Esto puede incluir ejercicio, meditación, aficiones, pasar tiempo con los seres queridos o establecer intereses fuera del trabajo.-Higiene del sueño. Una adecuada higiene del sueño es fundamental para mejorar el rendimiento cotidiano. Si nuestro organismo no descansa las horas necesarias o, por el contrario duerme un número excesivo de horas, funcionamos peor.-Hábitos alimenticios. Una adecuada alimentación significa una mejor calidad de vida. No solo se trata de una dieta equilibrada “comiendo de todo”, sino además en su justa medida. Los beneficios para la salud física son inmediatos y fácilmente observables.-Ejercicio físico. Tiene grandes beneficios para la persona, tanto biológicos como psicológicos: produce hormonas responsables de la sensación de bienestar, como las endorfinas, mejora la flexibilidad, reduce la sensación de fatiga, mejora nuestro estado de ánimo, reduce la tensión y el estrés e incrementa el bienestar general, entre otros.

 

  1. Establece un equilibrio entre trabajo y vida privada: pon límites claros entre el trabajo y la vida personal. Evita trabajar en exceso y dedica tiempo a actividades y relaciones que le aporten alegría y satisfacción fuera del trabajo.

 

  1. Gestiona eficazmente el tiempo: mejora tus habilidades de gestión del tiempo para garantizar que las tareas se organizan y priorizan de forma eficaz:- Divide las tareas más largas en partes más pequeñas y manejables
    – Crea un horario que le permita concentrarse en el trabajo y hacer descansos regulares.
    – Realiza una lista de tareas pendientes.
    – Especifica la fecha límite de aquellas que tienen que cumplirse en un plazo determinado.
    – Clasifica las tareas en función de los siguientes criterios: personal, laboral, familiar y social. Todas estas áreas necesitan un hueco en tu agenda.

 

  1. Comunícate de forma asertiva: La comunicación abierta y sincera es esencial para prevenir el estrés. Expresa tus necesidades, preocupaciones y problemas a tus compañeros/as y superiores. Aborda los conflictos o problemas con prontitud y de forma constructiva.

 

  1. Busca apoyo: recurre a amigos, familiares o colegas de confianza en busca de apoyo y comprensión. Ventilar las frustraciones o pedir consejo a alguien que pueda empatizar con tus retos laborales puede ser útil.

 

  1. Descansa de forma regular: Haz pausas breves a lo largo de la jornada laboral para descansar y reponer fuerzas. Alejarse de la mesa, hacer estiramientos o participar en una actividad breve puede ayudar a reducir el estrés y mejorar la concentración.

 

  1. Pon objetivos realistas: evita sobrecargarte con expectativas y plazos poco realistas. Divide los proyectos en pasos manejables y fíjate metas alcanzables. Reconoce tus limitaciones y comunica a tus superiores cualquier preocupación sobre la carga de trabajo o los plazos cuando sea necesario.Cuando nos encontramos ante una alta carga de trabajo y nuestro grado de exigencia también resulta elevado, puede ocurrir, como es lógico, que no lleguemos en tiempo y que sintamos estrés. Además, si nuestro pensamiento automático nos exige constantemente terminar con esa tarea, nuestra autoestima profesional irá disminuyendo porque no conseguimos nuestros objetivos.

 

  1. Desarrolla mecanismos de afrontamiento saludables: Identifica mecanismos de afrontamiento saludables que te funcionen, como ejercicios de respiración profunda, técnicas de atención plena o escribir un diario. Estas herramientas pueden ayudar a gestionar el estrés y evitar que se agrave.

 

  • La respiración diafragmática es una de las herramientas más efectivas para poder gestionar la sintomatología que tenemos cuando aparece el estrés. Es una técnica de respiración rítmica, lenta y profunda que, con un poco de práctica, es sencilla y la puedes realizar cuando necesites reducir tu estrés.

 

  1. Mejora tus habilidades y conocimientos: Invierte en oportunidades de desarrollo profesional que te permitan mejorar tus habilidades y conocimientos. El aprendizaje y el crecimiento continuos pueden aumentar la satisfacción laboral y la confianza en tus capacidades.

 

  1. Crea un entorno de trabajo propicio: Si tienes la oportunidad, contribuye activamente a crear un entorno de trabajo propicio. Fomenta las relaciones positivas con los compañeros, promueve el trabajo en equipo y la colaboración, y alienta la comunicación abierta y la retroalimentación.

 

No siempre saldrán las cosas de la manera que nos gustaría, pero, gracias a estas herramientas, puedes dar respuestas saludables para afrontar todo ese malestar y estrés que estás experimentando. Si las cosas no salen como esperas, podrás dedicarte unos minutos a relajarte para pensar con más claridad y adquirir perspectiva.

Recuerda que la experiencia de cada persona con el estrés laboral es única, y es importante encontrar las estrategias que mejor se adapten a ti.

Si el estrés persiste o se vuelve abrumador, considera la posibilidad de buscar ayuda profesional de un psicólogo/a que pueda ofrecerte orientación y apoyo adaptados a tu situación específica.

 

Artículo escrito por Mónica Bascuñana, psicóloga del HUB 24/7 de Affor Health.

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