Los factores psicosociales, una mirada hacia entornos de trabajo saludables

Los constantes cambios, la globalización del trabajo, el contexto político económico y social en los diferentes países, además de los efectos de la pandemia del COVID 19 en la salud mental, hacen más visible la necesidad de promocionar ambientes de trabajo saludables, como un modelo integral que promueva la salud mental y el bienestar en el ámbito laboral.

¿Cuál es el panorama de la salud mental y factores psicosociales de los trabajadores?

Según la Encuesta Europea de condiciones de trabajo del 2021, se estima que más de un 27% de los europeos adultos sufren, al menos, una forma de alteración psíquica en algún momento de su vida, siendo las formas más comunes los trastornos de ansiedad y la depresión, que ocasionan unos costes del 3-4% del PIB.

Entre los principales factores de riesgo psicosocial observados en España se identifican los horarios irregulares y las largas jornadas laborales dificultan la conciliación entre la vida laboral y familiar, ya que el 19% de los encuestados declara que su horario no se adapta a sus compromisos sociales y familiares. En relación con las exigencias del trabajo y su intensidad, el 49% de las personas encuestadas refieren trabajar a gran velocidad y con plazos ajustados. En autonomía y control, el 32,8% expresa que no puede elegir el método de trabajo y el 30% no puede determinar la velocidad o ritmo con el que trabaja.

Entre los resultados también encontramos que el 66,5% responde que debe tratar directamente con personas como clientes, alumnos, pacientes. El 12,8% de las mujeres señalan ser objeto de discriminación en el trabajo. El 48,1% de la población trabajadora no ha recibido formación pagada o proporcionada por su empleador durante el último año. El 39% refiere seguir preocupado por su trabajo cuando no está trabajando. En problemas de salud el 37,6% de los encuestados sufrieron ansiedad en el último año.

En Colombia, las mujeres se ven desproporcionadamente afectadas por enfermedades laborales relacionadas con la salud mental. En 2021, el 62% de los 1249 casos reportados correspondían a mujeres, destacando trastornos como depresión, estrés grave y ansiedad generalizada.

En Estados Unidos, el 83% de los trabajadores confirma que se siente emocionalmente agotado de su trabajo. De este grupo, el 56% no siente que su empleador provea un ambiente seguro para las personas con enfermedades mentales.

Ante el creciente problema de salud mental en el ámbito laboral, es fundamental comprender que el estrés crónico puede desencadenar una cascada de consecuencias negativas que van desde problemas de salud física y mental hasta dificultades económicas y relacionales. Para revertir esta situación, es necesario promover activamente una cultura de trabajo saludable que fomente el bienestar integral de los empleados. Esto no solo aumentará la productividad y el compromiso organizacional, sino que también mejorará la calidad de vida de los trabajadores en todos los aspectos.

Las condiciones de trabajo son uno de los muchos factores que determinan la salud pública. Pasamos una gran proporción de las horas de vigilia trabajando, de modo que las condiciones en las cuales se realiza el trabajo influyen en nuestra salud y calidad de vida.

¿Cómo podemos promover un entorno de trabajo saludable?

Una buena gestión de los factores de riesgo psicosocial es esencial para la sostenibilidad de cualquier negocio. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) destaca que promover la salud en el lugar de trabajo, complementando las medidas de seguridad y salud en el trabajo (SST), es clave para prevenir accidentes, enfermedades y mejorar el desempeño organizacional.

Los factores psicosociales que causan estrés deben ser examinados desde diferentes perspectivas. Las causas del estrés pueden encontrarse en el trabajo, en casa, en el entorno social o en la comunidad (el término comunidad en este contexto puede ser local, provincial o incluso nacional). En cada uno de estos ambientes podría haber una fuente o más de estrés, como también puede haber más o menos recursos que contribuyan a prevenir o reducir el impacto del estrés. Las consecuencias del estrés también pueden tener impacto en cualquiera de estos ambientes; por lo tanto, el estrés relacionado con el trabajo no debe ser tomado de manera aislada (explicado desde el modelo ecológico).

En el marco de una política integral de seguridad y salud ocupacional que aborde la promoción de la salud, hay varias estrategias que pueden ser útiles para no crear condiciones laborales estresantes y para evitar el estrés en el trabajo. Muchas de estas estrategias están relacionadas con la carga, el diseño y el contenido del trabajo.

La manera en que organizamos y realizamos el trabajo influye directamente en el bienestar psicológico de los empleados. Por eso, es fundamental que todos en la empresa, desde los directivos hasta los trabajadores, colaboren para prevenir y reducir el estrés laboral y otros problemas relacionados con la salud mental en el trabajo.

¿Cuáles son las principales estrategias que podemos implementar?

Desde una mirada preventiva la gestión de los factores psicosociales a luz del modelo SOLVE de la OIT, el cual integra, no solo los factores psicosociales, sino la interrelación de problemas de salud que se pueden evidenciar en el trabajo o en otros entornos como el estrés, la fatiga, la violencia en el lugar de trabajo, el consumo de sustancias psicoactivas (adicciones), estrés económico y hábitos saludables en general. Para su intervención, se recomiendan las siguientes estrategias:

  • Estructura y prácticas organizacionales: las personas necesitamos recibir información clara sobre la estructura, el propósito y las prácticas de la organización, por lo cual una política de promoción de la salud puede incluir estos ejes temáticos. En la política es pertinente que se incluyan declaratorias del compromiso del cuidado de la salud, como por ejemplo la participación a las actividades planeadas, la cero tolerancia a las conductas de violencia o maltrato en el lugar del trabajo, el respeto por el tiempo personal y libre, la restricción del consumo de cualquier sustancia psicoactiva en el trabajo, entre otras disposiciones.
  • Selección, formación y desarrollo apropiado del personal: el conocimiento, competencias y capacidades de cada empleado deben corresponder, en la medida de lo posible, con las necesidades de cada trabajo. También la supervisión y mentorías pueden ayudarnos a proteger al personal del estrés y facilitar la adaptación. En los programas de formación se incluyen los ejes temáticos que van a fortalecer la cultura saludable (habilidades blandas, estilos de vida saludable, comunicación no violenta, estigmas sobre la salud mental, primeros auxilios psicológicos, entre otros temas).
  • Descripciones del puesto: la adecuada descripción del puesto de trabajo se fundamenta en la comprensión de la política, objetivos y la estrategia de la organización. Cuanto mejor comprendan las personas su rol, mayores habilidades tendrán para dirigir los esfuerzos adecuados a su realización.
  • Comunicación: a través de prácticas participativas y conversaciones reflexivas, los líderes pueden promover un ambiente de trabajo donde todos se sientan escuchados y valorados, fortaleciendo así la confianza y el compromiso de los equipos
  • Entorno social: la socialización, la equidad, la inclusión, el fomento de redes de apoyo y el trabajo colaborativo, aumenta la productividad y el compromiso con el trabajo, además de promover sanas convivencias.
  • Organización y diseño del trabajo: este es un elemento esencial de la gestión de los factores psicosociales, al diseñar cargos que puedan tener mayor control y autonomía del trabajo, el gestionar las demandas del trabajo como sobrecarga, infra carga y dificultades, permitiendo la comprensión y planeación del proceso de trabajo, disminuirá síntomas de fatiga y estrés.
  • Conciliación vida laboral – personal: el incluir en la política de promoción de la salud de la organización, prácticas de desconexión laboral (en especial digital), gestión de la jornada de trabajo (rotación de turnos, tiempo flexible y ajustes de horarios para la conciliación de los diferentes roles).
  • Entorno de trabajo: un ambiente de trabajo físico agradable y saludable contribuye a un mayor bienestar, lo que se traduce en una mayor productividad, satisfacción laboral y lealtad hacia la organización.
  • Evaluación y monitoreo: cada país cuenta con herramientas validadas para identificar los factores de riesgo psicosocial en el trabajo. Evaluaciones periódicas permiten intervenciones oportunas y la promoción de una cultura de bienestar. Además, herramientas complementarias ayudan a detectar tempranamente signos de malestar, favoreciendo el cuidado de la salud mental de los trabajadores.
  • Medidas complementarias: los programas de asesoramiento y asistencia al empleado se destacan como medidas complementarias clave en la vigilancia epidemiológica psicosocial. Estas iniciativas no solo previenen problemas de salud, sino que también fortalecen la autonomía y el bienestar de los trabajadores

Entre otras medidas complementarias, se encuentra las rutas de atención y protocolos de prevención de violencia en el lugar de trabajo, la prevención del suicidio, el diseño de espacios para realizar pausas saludables, tomar descansos, actividades lúdicas y la cobertura de programas de bienestar a las familias de los empleados.

¡Cuidar la salud en compromiso de todos y su beneficio se multiplica en todas nuestras áreas de vida!

Paola Díaz
Psicóloga del HUB 24/7 de Affor Health

¡Haz clic para puntuar esta entrada!
(Votos: 0 Promedio: 0)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *